Escuela Nacional de Maestros. Ciudad de México, 1947—48 (de: http://app.jalisco.gob.mx/) (dieser beitrag wurde verfasst in: spanisch)
eingetragen von Alex Winiger am 16.03.2016, 10:34 (email senden)
Otra vez un muro que pintar. Se trata del nuevo edificio construido por el arquitecto Mario Pani. Orozco pintará dos murales en el vestíbulo central: El pueblo se acerca a las puertas de la escuela Derrota y muerte de la ignorancia. Sin embargo, su reto mayor será el muro parabólico de 380 metros cuadrados del teatro al aire libre, un espacio a cielo abierto, nuevos materiales —pintura al silicato de etilo y uso de aluminio, acero y latón—, además de un equipo que ejecutará la obra bajo la planeación y dirección del artista. El nuevo mural se llamará Alegoría nacional, una vuelta de tuerca a una de sus obsesiones, manifiesta ya en los frescos de la biblioteca de Jiquilpan y la Suprema Corte. Por supuesto, en la nueva empresa hay algo más que una vuelta de tuerca. En completa sintonía con el espacio arquitectónico, realiza una composición geométrica, en la frontera con la abstracción y el constructivismo, donde coloca el águila y la serpiente allado de un hombre que asciende una escalera; hay otros elementos en concierto con aquellas
imágenes: nubes, alambres en espiral, una espada, construcciones al fondo, bloques metálicos y una mano que multiplican el sentido plástico de la obra. Este mural es otra cosa en el arte de Orozco; las líneas diagonales y parabólicas que surcan la superficie, el cromatismo rojo, azul y gris en juego con los colores del teatro y el efecto dinámico evidente desde cualquier posición hacen que la experiencia plástica sea valiosa por sí misma: la expresión pura y altamente sugestiva de la línea y de la forma.
José Clemente Orozco oder die Lösung des Widerspruchs im Zeichen des Prometheus, in: Antonio Rodríguez, Der Menschen in Flammen, 1967, S. 175–176 (dieser beitrag wurde verfasst in: deutsch)
eingetragen von Alex Winiger am 31.01.2017, 23:10 (email senden)
geändert von Alex Winiger am 31.01.2017, 23:18 (email senden)
«Obwohl Orozco den experimentierfreudigen Siqueiros wegen seiner Propaganda für modernste Materialien in der Malerei verspottet hatte ("Die Malerei mit Duco ist wie ein Bankett mit Blechbüchsen"), fügte er sich schnell den neuen Umständen, die der Auftrag hervorrief, eine im Freien stehende dreihunderachtzig Quadratmeter grosse parabolische zementwand zu bemalen. Der Maler legte sofort Hand an die modernsten und in der Wandmalerei ungewöhnlichsten Materialien: Äthylsilikat, die Verwendung von Metallen, die Inkrustation von Steinen und den getönten Zement. […]
Orozco schuf hier keine zarte Malerei aus feinen Pinselstrichen mit Farbabstufungen, Schleiern, Veredlungsverfahren und anderen Kunstgriffen, wie sie einem Bilde eignen, das man genau und aus der Nähe betrachten muss, sondern berücksichtigte die Bedingungen des Freilichttheaters, bei dem manche Zuschauer mehr als hundert Meter vom Bild entfernt sind. Er zog auf der konkaven Wandoberfläche mit Metallstäben, Glasbruchstücken und anderen Materialien, die in die Wand eingelassen waren, gigantische Linien. Die Grundsymbole, Füsse, Hand, Adlerkopf und tote Schlange, umgabe er mit geometrischen Konstruktionen, mit Linien, Quadern und Kuben, die sich anlehnen, sich nebeneinander- und übereinandersetzen und als Ganzes ausserordentlich dynamisch wirken.
Mit der gestalteten Wand schuf Orozco auch eine neue Komponente der Architektur, die meisterlich mit dem Bauwerk in Einklang ist. Dieses technisch kühne Werk, das keine Vorläufer hat, ist die Vorwegnahme einer Etappe, die sich damals in der Aussenwandmalerei vorbereitete.»